lunes, 3 de diciembre de 2007

No es la versión de Stereophonics pero...


Suena “Angie” de fondo, y, por supuesto, me recuerda a vos. A veces siento un ahogo (de los buenos) recordándote, con cada estupidez tu nombre choca entre los recovecos de mi cabeza, y se expande, y esfuma, como un eco constante y permanente. Si algún día, si alguna vez, si en algún momento pudieras darte cuenta de la magnitud de lo que siento por vos, no me extrañaría que te abrumara, como me abruma a mí, amarte, necesitarte, desearte, anhelarte, adorarte, incluso venerarte antes de dormirme, y cada vez que despierto, y, si tengo un poco de suerte, también entre sueños, si alguna vez pudieras ver todo lo que en realidad sos, todo lo que en realidad yo veo en vos… Mientras tanto me conformo con decirte que te amo, y que nunca me sentí mejor que cuando entré en la “jaula”.

La atracción que siento por tu piel es inconmensurable, y siento la imperiosa necesidad de acariciar cada centímetro de tu cuerpo, de marcarlo, desgarrarlo, besarlo, curarlo, romperlo, remendarlo, porque mi amor por vos me hace ser así, sentirte tan igual a mí, me hace darte ese dolor, compartir mi dolor con vos, hacerlo tuyo, mío, nuestro y transformarlo en el placer más hermoso que en mi corta y estúpida vidita sentí.